sábado, 23 de febrero de 2008

Música latina, víctima de la piratería


Por: Margarita Soto Granado(La autora es escritora y abogada especializada en Derecho de Autor).La venta de discos musicales, cualquiera que sea su formato, ha decaído en proporción a años anteriores, si bien en algunos casos y momentos de la comercialización se perciben avances. Estos no son suficientes para apuntalar los ingresos en general de la industria musical a nivel mundial, que cada día se ve más afectada por la “piratería” y otras formas de defraudación de sus inversiones.Entidades como ‘Promusicae’ de España, AMPPROFON de México y otras, que realizan estudios periódicos del comportamiento de estos indicadores, auguran un futuro no muy favorecedor para nuevas inversiones de riesgo en el ámbito musical.Ciertamente, el negocio de la música ha cambiado, dadas las nuevas tecnologías que dan la posibilidad de un acceso rápido, económico y abierto a todos, y a la imparable “industria de la piratería” que saca provecho seguro de las inversiones de otros.Entre los discos de música latina que más se venden en el negocio de la “piratería” están los de RBD, Luis Miguel, Christian Castro, Elefante, entre otros, según sea el momento del lanzamiento de nuevas producciones discográficas, con las que compiten de manera desproporcionada e incluso se adelantan a su salida oficial al mercado.Según muchos expertos en estos temas, las nuevas tecnologías no deberían provocar la desaparición de los derechos de autor, ya que las obras (contenidos) son imprescindibles en la difusión que por estos medios se realiza. Y estas obras no pueden subsistir y reponerse en todos los sentidos sin las debidas licencias de uso y pagos de derechos a sus creadores, quienes tienen derecho a beneficiarse de la explotación de sus creaciones.Y es que no hay propiedad más legítima que la que existe sobre lo que genera nuestro intelecto. Y si no, hay que pensar cada uno con relación a sí mismo: en caso de que creara algo que pudiera ser acreedor de derechos intelectuales, ¿le gustaría que no le pagaran?, ¿que otros lo usaran sin su consentimiento?, ¿que los demás se beneficiaran y usted no?Grandes artistas como los consagrados Armando Manzanero, Luis Miguel, y entre los más jóvenes, los integrantes de Maná, Julieta Venegas, y otros, se han pronunciado reiteradamente en contra de la “piratería” y por la unión de fuerzas y estrategias de los músicos con los comerciantes legales y el gobierno para encontrar una solución a tan difícil y hasta ahora insoluble problema de las industrias musicales en la actualidad.Todo esto conlleva un reto para las industrias de la música, los propios autores y toda la sociedad. La música latina es una de las afectadas, pero también es de considerar su alta incidencia en los ingresos de los países que la generan. En México, por ejemplo, contribuye en primer lugar al 6.7 por ciento del PIB, que genera toda la industria cultural, dando empleo a miles de personas y aportando a la riqueza nacional varios miles de millones de dólares.En otros países de América Latina como ­Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay­, Chile y Colombia, la música aporta una gran porción de los índices de 3.5% promedio del PIB de las industrias culturales y en Estados Unidos se supera el 8% desde 2001.Todas estas son grandes cifras, a veces por delante de las de industrias tradicionalmente consideradas como primeros rubros nacionales. Véase que ahora, además de contribuir a nuestro entretenimiento y cultura, la música ha pasado a ser uno de los primeros renglones de las economías de todos los países en el mundo.Sobre estos temas se puede leer más en el blog http://www.autoreslatinos.blogspot.com/ de la misma autora.

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